CONSTRUCCIÓN DE CORRALES PARA OVINOS Y CAPRINOS
- Se recomienda utilizar materiales disponibles localmente y, si
es posible, existentes en la casa del productor para mantener costos
bajos.
Dónde construir el corral
- Se debe elegir un lugar alto y bien drenado. El corral deberá
orientarse de acuerdo con la prevalencia de vientos y la dirección del
sol. En climas fríos, se debe procurar la mayor incidencia de sol. En
climas tropicales procurar un corral ventilado y fresco.
Materiales
- Para un número de 10 animales (incluyendo hembras en
producción, un macho, hembras de reemplazo y crías) y un requerimiento
de 1 m2 por animal, se recomienda lo siguiente:
Para climas fríos: paredes de adobe o piedra, de una altura de 1,30 m. Construir un área pequeña con techo cubierto de 2,5 x 2 m2 y al menos un espacio abierto de 10 a 12 m2. Si se cuenta con un corral adicional para rotación, se podrá reducir la infestación parasitaria.
Para climas templados: las mismas dimensiones pero con paredes de malla. El nivel del piso del área cubierta debe ser superior al del área descubierta y tener un ligero declive para el flujo de estiércol y orines. Es aconsejable un piso empedrado.
Para alojar hembras con crías recién nacidas, destetar animales o suplementar la alimentación de corderos/cabritos en crecimiento, se aconseja dividir temporalmente el área cubierta en pequeños corralillos con la ayuda de listones de madera.
La puerta de ingreso debe tener un ancho de 1,50 a 1,80 m para facilitar la limpieza y el traslado del estiércol depositado.
Los techos pueden ser de barro con cañas huecas o con calaminas.
El corral debe contar con un comedero. Comederos portátiles de madera, de 80 cm de ancho y 2,5 m de largo, son adecuados. Se deben mantener los comederos a 35 cm del suelo.
Para climas tropicales húmedos: construir un pequeño corral suspendido a una altura de 90 cm del suelo, sobre pilares de cemento. La plataforma debe ser de vigas de madera sobre las cuales se montan listones interespaciados para permitir la caída del estiércol fuera del galpón, manteniéndolo en condiciones higiénicas. Corralillos separados de al menos 3 x 2 m permiten un manejo eficiente de machos, hembras y hembras con crías.
Los techos pueden ser construidos de palma o bien de calamina.
Se pueden ubicar los comederos de madera en el interior o exterior del galpón.
Para climas tropicales no muy húmedos: se aconseja también un corral similar al de zonas frías, pero con paredes de malla de alambre o tablas de madera, para una mejor ventilación.
Las mitades de un barril metálico pueden convertirse en un bebedero eficiente.
Evitar corrales próximos a la vivienda o a las fuentes de suministro de agua, debido a los riesgos de contaminación para la familia y los niños. No se debe permitir que los niños jueguen en los corrales. El estiércol contiene parásitos que pueden ser transmitidos acarreando graves consecuencias para la salud del niño.
Galpón rústico para cabras.
MANEJO DE OVINOS Y CAPRINOS
MANEJO DE CARNEROS
- Se sugiere elegir un carnero o chivo en el momento del destete
(en el mismo rebaño o hato). Su condición y peso deben ser superiores a
los de sus contemporáneos, debe contar con sus dos testículos y estar
libre de defectos como por ejemplo, pezuñas soldadas, orejas muy cortas,
colores no deseables (si se crían ovinos blancos), y mandíbula inferior
más larga que la superior o viceversa (prognatismo). El carnerillo o
chivito elegido deberá ser observado al año de vida para verificar que
mantenga las características deseables.
Un carnero o chivo adquirido no debe tener defectos y debe reunir similares condiciones a las requeridas de un animal elegido en el mismo rebaño o hato.
En ovinos de pelo, los carneros deben carecer de mechones de lana o áreas con lana. En animales de lana, el macho debe tener un vellón compacto y la cara (particularmente en el área alrededor de los ojos) libre de lana, en especial si el animal será manejado en condiciones de pastoreo.
Evitar animales con enfermedades del tracto genital masculino que pueden causar problemas de fertilidad al rebaño o hato.
Usar los carneros o chivos a la edad de 1.5 años y solamente por dos o tres años. Un carnero es suficiente para cruzar 20-50 hembras y un chivo para 20 cabras.
Cuando existen varias familias cuyas huertas quedan próximas, es aconsejable adquirir uno o dos machos de buena calidad para rotarlos y servir a los diferentes rebaños /hatos familiares.
Los chivos son agresivos y pueden causar daños a los miembros de la familia. Por otra parte, tienen un olor penetrante que puede ser transmitido a la leche y toda el área de trabajo. Por esta razón, es conveniente descornar o desodorizar los cabritos machos en la primera semana de nacidos.
Para descornar, hay que utilizar una barra calentada al rojo vivo y asegurarse de que los chivitos posean la yema de los cuernos (existen algunos chivitos que carecen de ellas). Se debe desodorizar también aquellos machos que naturalmente no tienen yemas de cuernos.
Algunas cabras tienen glándulas de olor en las patas. Si el olor persiste buscar estas glándulas para eliminarlas con similar procedimiento. Es también recomendable eliminar la barba para disminuir el olor.
MANEJO DE HEMBRAS Y SUS CRÍAS
Antes del parto
- Las hembras de reemplazo o las que se compren de otros rebaños,
deben carecer de defectos como el prognatismo y características
diferentes del tipo de animal que se pretende criar. Revisar que las
ubres posean dos pezones sanos. Una buena práctica es comprar hembras
que por lo menos tengan una cría en pie o que hayan criado exitosamente
una o más crías al destete. Es importante adquirir cabras que no estén
enfermas de brucelosis.
Se recomienda cruzar hembras primerizas cuando alcancen 16-20 kg o, aproximadamente, 1,5 años. Hembras primerizas requieren mayor atención que hembras adultas. Se debe evitar el cruce de una hembra primeriza en malas condiciones corporales.
La hembra gestante deberá recibir un suplemento o ser pastoreada en pasturas reservadas, al menos durante los últimos 50 días de la preñez. Todo esfuerzo por brindar una mejor alimentación, particularmente en energía, durante ese último período, producirá crías con mayor peso y más vigorosas, así como abundante disponibilidad de leche para la lactancia. Esto último, es de extrema importancia en hembras que gestarán más de una cría y es todavía más importante en hembras primerizas. Se recomienda además, proveer sales minerales a voluntad en este período.
En el caso de ovejas, si se desea contar con una reproducción continua a través de todo el año para obtener mayor flujo de corderos y disponibilidad de leche, habrá que juntar los machos con las hembras de reproducción en meses alternativos (un mes sí, el siguiente no).
En el caso de cabras, si los machos se mantienen separados, juntarlos con las hembras de reproducción, que incluyen hembras (cabras u ovejas) primerizas (de 1,5 años), hembras abiertas y que hayan parido 50 días antes.
El celo es fácil de detectar en las cabras. La hembra se torna nerviosa, la vulva colorada y húmeda. Una manera práctica de determinación del celo es frotar un pedazo de trapo o lienzo en el cuerpo del macho cabrío y luego colocarlo dentro de una botella de cuello ancho que será usada para la detección. Aproxime la botella a la cabra. Si esta se acerca e introduce nerviosa y rápidamente su hocico dentro de la botella, estará en celo.
En los ovinos, si la reproducción es estacional debido al clima, se debe determinar la estación de monta de acuerdo a la época más conveniente para el nacimiento de corderos y su desarrollo. En la estación de monta juntar los machos con las hembras de reproducción durante 45 a 50 días. Algunas veces la máxima reproducción puede no coincidir con la mejor época para la parición.
No se deben limpiar los corrales durante el último tercio de la gestación o durante la época de nacimiento. Al limpiar los corrales muchos gérmenes que permanecen enterrados en el estiércol son expuestos a los animales y pueden dar lugar a brotes de enfermedades. Esto es particularmente serio si se exponen a crías recién nacidas.
El área techada de los corrales podrá ser dividida en dos o tres pequeños corrales, con adobe o maderas, en cuyo piso se colocará paja, cuando las hembras se encuentran próximas a parir. Estos corralitos pueden ser utilizados para la hembra con su cría, y deben contar con agua en abundancia. Una gran parte de las pariciones ocurre de noche; por esta razón, es necesario visitar el corral diariamente en la mañana para verificar si las hembras tienen o no problemas de parto y, si es el caso, asistirlas.
En corrales de zonas tropicales, será necesario aislar a las hembras preñadas del resto del rebaño/hato en un corral separado y proporcionarles agua.
Se recomienda eliminar hembras machorras que no produzcan por más de dos estaciones de parición consecutiva.
Nacimiento
- Una vez que la cría haya nacido y esté seca, luego de que la
madre la haya limpiado de las adherencias de la placenta, colocar una
solución de yodo al 10% en toda el área alrededor del ombligo, para
evitar el ingreso de parásitos.
En ovejas de lana, remover con tijera la lana alrededor de la ubre de las madres (cazcarrias), para permitir que el cordero pueda alcanzar la ubre en condiciones limpias y sin interferencias.
La madre no debe permanecer más de un día en el corral, deberá salir al pastoreo con sus crías de manera normal. Se recomienda el pastoreo en buenos pastos para apoyar la lactancia con una alimentación mejorada. Las áreas de pastoreo deben distribuirse en lugares cercanos para evitar el agotamiento de los animales recién nacidos.
El agua debe ser abundante por ser decisiva para la mayor producción de leche. Luego del parto, las crías deben mamar el calostro (primera leche de la oveja o de la cabra), ya que éste cuenta con principios que permiten desarrollar las defensas y proteger al recién nacido de enfermedades. Puede ocurrir frecuentemente que las tetas estén obstruidas e impidan que la cría obtenga el calostro. En tal caso, presionar cada pezón hasta lograr un chorro de leche para librarlo de eventuales tapones de grasa.
Destete
- Se debe destetar corderos entre los 90 y los 100 días de edad y
los cabritos entre los 50 y los 60 días de edad. Para ello separar las
crías de sus madres por una semana, en un corral a parte. Durante los
primeros dos días las crías deben permanecer en el corral y ser
alimentadas adecuadamente con disponibilidad de agua. Posteriormente
podrán pastorearse en áreas que no sean próximas a las que pastan sus
madres. La cría en establo con un corral separado para destetados
facilita esta tarea.
El destete de los cabritos debe estar acompañado de un manejo especial con alimentación suplementaria y sales minerales.
Ordeño
- Puede iniciarse cuando las crías son destetadas para evitar que
estas sufran por falta de leche. El destete puede ser anticipado hasta
una edad de 30 días, en tal caso la atención a los animales destetados
debe ser mayor.
Para evitar que los olores contaminen la leche se debe disponer de un espacio de ordeña separado de los corrales, donde se acumula estiércol, y evitar que los machos circulen con las hembras antes de ordeñar.
Se debe contar con un cepo de ordeño, el cual debe ser ubicado en un lugar elevado de manera que el ordeñador pueda acceder a la ubre cómodamente. Se puede facilitar la entrada de la cabra al cepo colocando una pequeña ración de grano o forraje fresco en el comedero anexo al cepo. Con un cepillo de cerda, con delicadeza, hay que cepillar la cara interna de las patas, el vientre y la ubre de la cabra, para limpiarla de adherencias y suciedad. Con un balde de agua tibia (tolerada al tacto) enjuagar las ubres suavemente. Este proceso estimulará el bajado de la leche. Secar la ubre con otro lienzo limpio y seco.
Es conveniente enjuagar el balde, el filtro y los utensilios de ordeño con una solución de agua clorada. No se deben secar estos utensilios pero sí dejar escurrir el agua y exponerlos al sol.
Se debe ordeñar atrapando primero leche en el pezón, y ejerciendo luego una ligera presión a éste para que la leche atrapada sea expelida al balde con un filtro de tela milimétrica negra, utilizada para detectar una enfermedad común en las cabras que es la mastitis, que afecta las ubres. Para controlar la presencia de esta enfermedad los primeros chorros de leche deben ser recibidos en una pequeña taza con la tela milimétrica para la prueba. La leche de ubres con mastitis contiene pequeños coágulos de leche que son visibles en la tela negra.
Es conveniente ordeñar con las dos manos y aplicar, de tanto en tanto, golpes suaves a la ubre, con el dorso de la mano, para simular al cabrito mamando. Esto estimulará la bajada completa de la leche.
Al concluir, se debe retirar la cabra y proseguir con los otros animales del hato.
Se debe luego enjuagar los utensilios con agua corriente, lavarlos con jabón y enjuagarlos nuevamente con agua hirviendo y por fin colocarlos en un sitio limpio y exento de polvo para su secado.
Manejo de la leche
- La leche ordeñada debe ser colocada en un recipiente para su
almacenaje, se debe colocar en un lugar frío, y en lo posible sobre
hielo, para bajar la temperatura de la leche. La leche enfriada de ese
modo puede ser luego utilizada para el consumo o para la elaboración de
quesos.
Descole de ovinos
- Algunas razas ovinas mejoradas requieren el descole de corderos
entre las dos a tres primeras semanas de vida. Use un cuchillo afilado y
desinfectado. La operación será facilitada si participan dos personas,
la primera sujetando al animal y exponiendo la cola y la segunda
sosteniendo la cola con una mano y cortando con la otra a una distancia
de tres a cuatro vértebras desde la inserción de la cola. El cordero
sangrará por un momento hasta que se produzca la coagulación de la
sangre, luego de lo cual hay que desinfectarlo y soltarlo.
Esquila
- En el caso de razas productoras de lana, la esquila debe
efectuarse anualmente en la época de menores riesgos de fríos o heladas.
En ovinos criados en zonas cálidas y tropicales, la esquila permitirá disipar calor durante los períodos más húmedos y cálidos. En tal caso, son preferibles animales de pelo, los cuales no requieren esquila o la requieren en pequeña escala.
La labor puede ser ejecutada a mano con una tijera de esquila, aunque tal operación es un tanto ardua. La esquila se facilita utilizando una tijera mecánica la que puede ser adquirida por un conjunto de familias para uso común. Hay que evitar cortes de la piel del animal que desmerecen el valor del cuero. Se debe evitar que los pezones de las tetas sean dañados, especialmente si se trabaja con máquina.
Para la esquila se requiere un área limpia para evitar que la lana se ensucie y una escoba para limpiar el área cada vez que se concluye con un animal. Una lona o un área de 3 m2 de suelo empedrado o enladrillado serán adecuados para este fin. La lana debe ser conservada en bolsas de tela o plástico hasta ser vendida. Se debe esquilar durante las primeras horas de la mañana. La edad para la primera esquila fluctúa entre un año y un año y medio.
Castración
- El período de castración es a la tercera o cuarta semana de
vida. Practicar un pequeño corte en la base del escroto con un cuchillo
afilado y desinfectado, presionar ambos testículos hasta que ellos
emerjan fuera de la bolsa testicular, tomarlos y extirparlos por
raspado. La base del escroto puede ser cubierta con yodo al 10% para
evitar infecciones. Se puede utilizar también el método de la ligadura
de goma, que es más fácil y económico.
Recorte de pezuñas
- Se recomienda recortar las pezuñas con un cuchillo afilado o
tijeras podadoras, particularmente en sistemas estabulados de cría en
corral, donde los animales desarrollan largas pezuñas por la falta de
ejercicio.
- Mantener una buena salud de los animales de la granja no consiste en curarlos sino en prevenir sus enfermedades. Normas preventivas de salud ovina y caprina son las más aconsejables para reducir los riesgos debidos a enfermedades. A este respecto se recomienda:
- Todo animal extraño que ingrese al rebaño debe ser aislado por al menos tres semanas (cuarentena) y observado, para determinar si manifiesta alguna enfermedad. La manera más fácil de transmitir enfermedades es por contagio con animales enfermos ajenos al rebaño.
- Es importante mantener a los animales con una buena condición corporal. Una adecuada alimentación resulta el mejor tratamiento preventivo de enfermedades.
- Existen enfermedades causadas por parásitos externos (sarnas y piojos) e internos (gusanos intestinales y fasciola hepática). Muchos de estos parásitos pueden ser transmitidos al hombre y comprometer seriamente su salud.
- La brucelosis y la fiebre aftosa son enfermedades de consideración en cabras por sus efectos negativos. Se debe consultar con el veterinario local para su control.
SALUD OVINA Y CAPRINA
Tratamiento
- Se pueden combatir parásitos externos con baños
antiparasitarios (particularmente antisárnicos y antipiojos) que pueden
ser aplicados en un barril que contenga el producto químico de acuerdo
con las instrucciones de fábrica. Si la mayoría de los animales presenta
características de infestación refregándose en las paredes y rascándose
permanentemente, se debe bañar a todos los animales. Se aconseja un
segundo baño, un mes después del primero, para romper el ciclo de
infestación y evitar una posible reinfección. En ovinos es recomendable
bañarlos inmediatamente después de la esquila. Para combatir parásitos
internos se debe utilizar antiparasitarios.
El uso de Ivermectina en inyección subcutánea permite controlar tanto a los parásitos internos como a los externos. Este producto es igualmente efectivo en casos de Oestrus ovis (moquillo), que causa secreciones de moco de la nariz de los animales, muy común en los valles y zonas cálidas.
En zonas húmedas, el Pietín (mal de las pezuñas) puede afectar seriamente a la salud del rebaño/hato. Se debe recortar las pezuñas de todos los animales y quemarlas. Una solución conteniendo formol al 5% (una parte de formol por 19 partes de agua) puede ser utilizada a la salida del corral para que los animales remojen sus pezuñas por cinco a diez minutos durante cinco a diez tratamientos consecutivos de cinco días cada uno. También se puede usar una solución saturada (20%) de sulfato de cobre (disolver 16 litros de sulfato de cobre en 80 litros de agua hirviendo), aunque ésta debe ser cambiada constantemente porque la materia orgánica neutraliza su acción.
En la elección de un reproductor macho, se debe elegir aquél que tenga los testículos sueltos y con libre movimiento en su funda escrotal. Los animales no deben denotar dolor al manipuleo. En caso contrario, los animales deben ser descartados.
La brucelosis es una enfermedad muy común en las cabras. Esta induce abortos en hembras preñadas y es transmitible al hombre. La fiebre aftosa produce serias pérdidas al hato. Animales con brucelosis y fiebre aftosa deberían ser eliminados del hato para evitar problemas ulteriores. Su tratamiento requiere un control con el veterinario local. Se recomienda adquirir animales sin brucelosis y vacunarlos contra brucelosis y fiebre aftosa, para evitar serias pérdidas.
La tricomoniasis causa problemas de fertilidad, abortos en el último tercio de la gestación o nacimiento de crías débiles o muertas.
El ectima contagioso puede provocar pérdida de peso e incluso producir la muerte de los animales.
Recomendaciones para reducir los costos de tratamientos:
- Aislar en cuarentena todo animal ajeno que se quiera introducir.
- Cuando se presenten animales enfermos, aislarlos en un pequeño corral improvisado y tratarlos adecuadamente. Si se encuentran muy flacos y tardan en recuperarse, será conveniente sacrificarlos y quemarlos para evitar contagiar al resto de los animales. Es preferible el sacrificio de uno o dos animales antes que de todo el rebaño.
- Limpiar el primer corral regularmente, depositando el estiércol en un estercolero donde irá descomponiéndose para ser luego utilizado como fertilizante. En el segundo corral los animales pernoctan de tres a cuatro meses para luego pasar, en forma rotacional, al primer corral que durante ese tiempo permaneció libre de estiércol y ventilado, esta práctica permitirá bajos niveles de infestación. El sol es un poderoso desinfectante y germicida que destruirá larvas, huevos de parásitos y otros agentes de enfermedad en los corrales no ocupados.
- Mantener los alimentos tapados y separados de los corrales.
- Identificar, dentro del rebaño, las hembras con mayor resistencia a las enfermedades y con buena productividad para ser utilizadas como madres y garantizar una descendencia más sana y menos dependiente. Esta medida puede significar una reducción de la utilización de medicamentos, productos químicos y antiparasitarios costosos.
- Recolectar y eliminar continuamente basura y desperdicios de comida, así como controlar insectos y roedores porque son agentes transmisores permanentes de enfermedades.
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